1. Favorezca la toma de turnos en la sala de clases, puede ser usando un objeto (peluche, pelota, micrófono) con los más pequeños, o pidiendo que levanten la mano para tomar la palabra.
2. En el caso de los más pequeños, use una velocidad un poco más lenta para conversar con ellos.
3. Dé tiempo a todos los estudiantes por igual para responder lo que desean, intente no apurarlos y mostrarse calmado(a) frente a la demora de sus frases.
4. Evite dar sugerencias sobre su habla al estudiante que tartamudea. Los consejos como «respira», «tranquilo(a)», «cálmate» o «piensa antes de hablar» no ayudan a mejorar su fluidez e incrementan su ansiedad por comunicar.
5. Es importante explicarle al estudiante, en privado, que lo entiende y que lo apoyará cuando lo necesite.
6. Mire de manera natural a su estudiante cuando le hable. Cuando dejamos de mirarlo o vemos el celular mientras nos habla, estamos demostrando que no nos interesa el mensaje que nos cuenta.
7. No complete sus frases ni lo ayude adivinando lo que quiere decir. Dele tiempo para expresarse.
8. No hable en frente de la clase sobre la tartamudez de su estudiante, a menos que él(ella) se lo pida. La tartamudez genera mucha vergüenza y cuando no se tiene apoyo terapéutico, hablar de ella en público, puede resultar contraproducente.
